Examinando por Materia "Aspectos Sociales de la Globalización"
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Ítem Perspectiva de análisis decolonial de las visiones del desarrollo desde el territorio : estudio de caso vereda Sopetrán, San Luis, Antioquia(Universidad EAFIT, 2013) Duque Arias, Nelson Augusto; Lopera Lopera, Carlos Iván; Aguirre García, Gisela AndreaA partir de los años 50 se inicia el discurso sobre el desarrollo en América Latina, luego del discurso del presidente Truman en el congreso donde utiliza por primera vez el concepto de subdesarrollo para referirse a las condiciones de los países de América Latina con relación a Estados Unidos. Esto se convierte en la plataforma para la implementación de medidas y programas para la colonización de los países latinoamericanos con plataformas supranacionales como el FMI – Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, La OMC Organización Mundial del Comercio. Mirar al norte implica generar transformaciones y cambios en las formas de vida de Latinoamérica, implementando un modelo “ideal” al que deben aspirar. Esto ha obligado a los países de América Latina a plantearse desafíos y transformaciones que les permita incluirse en ese modelo mundial, con connotaciones positivas y negativas. Pero el acceso a la globalización que uniforma modelos de desarrollo de toda índole afecta de manera distinta a cada país, ya que su aprovechamiento depende de la preparación que se tenga para asumirla. En el caso colombiano el atraso evidente en asuntos tecnológicos, de vías, de educación, nos pone en un lugar poco privilegiado para competir en un mercado mundial; además la diversidad de territorios, climas, culturas, generan también miradas distintas frente al mundo porque somos muchos territorios en un territorio, porque somos un país de regiones, difícil de uniformar. “Como señala la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, la integración de la economía mundial podría mejorar las condiciones de vida de la población y contribuir a luchar contra la pobreza, pero aún es necesario trabajar mucho para que esta afirmación sea realidad, dado que hoy por hoy los resultados de la globalización son muy distintos para unos países y otros y millones de personas en el mundo no participan de los beneficios de la creciente integración de la economía mundial”. (OIT, Informe 2004). Esto nos pone de cara al interior del país a la realidad de un modelo excluyente inequitativo y violento como el neoliberal. Adentrándose a la mirada local, se puede encontrar casos como el municipio de san Luis donde la mirada de desarrollo de los diferentes gobiernos no se sale del modelo de occidente y la búsqueda del desarrollo se enmarca en la posibilidad de acceder a carreteras pavimentadas, vivienda en ladrillo, una educación para la productividad y la competitividad. Desatendiendo la realidad de los habitantes que históricamente han vivido del bosque y la agricultura de subsistencia. Este modelo visible hoy en obras como la autopista Medellín Bogotá, como la implementación de la ganadería extensiva, la instalación de empresas como ARGOS para la producción de cemento. Genera cambios trascendentales en la vida de los campesinos sanluisanos que veían en la extracción artesanal de madera su principal fuente de ingresos, pero que con la motosierra y la autopista, ese modelo rudimentario y artesanal, se vuelve más industrial e indiscriminado aportando al lado de la fábrica cementera, las vías y la ganadería a la deforestación, el agotamiento del recurso maderable y la búsqueda de nuevas alternativas económicas como mano de obra para las empresas que se instalan en la región. El decolonialismo, como una mirada de la realidad desde las experiencias locales y los aprendizajes propios del territorio, pretende aportar a la visibilización de prácticas que sin oponerse al “desarrollo” viven modelos de vida buena que les genera bienestar sin poner la mirada en modelos impuestos desde fuera y reconociendo en las capacidades de la gente, en las practicas históricas y en valores como la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo, acumulados importantes para generarse bienestar. Este es el caso de la vereda Sopetrán, que a través de organizaciones como la Junta de Acción comunal, logra convocar a la solidaridad de sus habitantes para participar en convites y mingas que faciliten el mantenimiento de vías y caminos, la reparación de la infraestructura colectiva y a través de las mingas se apoyara acciones como siembra, mejoramientos de vivienda y mantenimiento de las fincas. La solidaridad, el amor y la cooperación los convoca a recolectar recursos cuando una familia tiene algún tipo de dificultad que le imposibilita el acceso a lo necesario para su subsistencia y apoyar también cuando es necesario el traslado de un vecino que se enferma para la atención en la zona urbana del municipio. Estos valores han facilitado también la sostenibilidad durante más de 45 años de una cooperativa de producción de panela que logra articular a todas las familias que habitan la vereda y que se ha constituido en un modelo de autogestión, empresarial y cooperativo que les aporta a la generación de los ingresos necesarios para una vida buena, apoyado también por otros cultivos como el café como un segundo producto importante en la economía y, maíz, frijol y plátano para el autoconsumo que complementan lo que ellos consideran como suficiente para el sustento de la familia. Este modelo ha logrado interlocutar con la institucionalidad y la empresa privada, sin perder su autonomía y desconocer los aprendizajes históricos que les ha permitido construir lo que hoy tiene como modelo autónomo de producción que no pretende competir más allá del mercado local del municipio de san Luis porque esto les ha sido suficiente para vivir dignamente, sin dejar de reconocer la necesidad permanente de mejorar y ampliar su producción, acceder a tecnologías que les haga más fácil su labor, pero sin abandonar los valores y prácticas que les ha permitido permanecer y sobreponerse a adversidades como la violencia armada y el desplazamiento forzado.